lunes, 28 de mayo de 2007
El Balaguer Que Odiamos
 Se conmemoran cien años de su nacimiento Balaguer, El Hombre Que Nos Derrotó A Todos Los balagueristas pueden jactarse de muchas cosas; sus adversarios de acusarlo de todos los males habidos y por haber. Pero locierto es que Balaguer supo arreglárselas para derrotar uno a uno a sus contrincantes. La política dominicana, como acontece en todos los países latinoamericanos, vive en constante ebullición. Permanecen los dominicanos en campaña los 365 días del año y se dice que es difícil encontrar un país con tan alto índice de politización. En esta ocasión, el motivo del escarceo lo constituye la celebración del centenario del nacimiento del doctor Joaquín Balaguer, una de las figuras más relevantes de la historia republicana. Ha habido festejos por parte de los miembros de su resquebrajado, y rumbo a la desaparición, Partido Reformista Social Cristiano y por parte del gobierno, que ha estado beneficiándose de las rebatiñas internas de esa agrupación incluso antes de que el presidente Fernández ganara las elecciones en el 2004, ayudado por un sector disidente, encabezado por los ex vicepresidentes de la República, Jacinto Peynado, fallecido, y Carlos Morales Troncoso, actual secretario de Estado de Relaciones Exteriores. Al margen de las disputas netamente utilitarias alrededor de la figura de Joaquín Balaguer, en el país ha habido muchas opiniones encontradas en torno al tratamiento que sectores de poder y de medios de comunicación han dado a su figura. Sin dar la razón a ninguno de los bandos, a los que han elevado a Balaguer a la categoría de prócer, santo, padre de la patria o Mesías, o a los que lo consideran un tramposo, asesino, y pichón de dictador; lo cierto es que Balaguer fue un protagonista de primer nivel a lo largo del Siglo Veinte; fue un cercano colaborador del sanguinario dictador Rafael Leónidas Trujillo, que subyugó a los dominicanos por más de 30 años; en aquel régimen de oprobio y terror fungió de ministro, canciller, vicepresidente y presidente títere. Luego de la caída de la dictadura se convirtió en un hombre decisivo en los procesos sociales que habría de vivir el país. Balaguer sale al exilio después de un período muy convulso a principio de la década de los sesenta, en desgracia total y absoluta con el gobierno de Estados Unidos, presidido entonces por Kennedy. Pero los acontecimientos posteriores le dieron la oportunidad de volver a contar con el beneplácito de Washington y así resurge de sus cenizas para convertirse en el amo del discurrir de la historia dominicana hasta su muerte en el año 2002. A fines de 1962 República Dominicana elige a Juan Bosch como presidente de la República Dominicana, que era un intelectual con ideas de izquierda; en 1963, a los siete meses, es derrocado, por una conspiración urdida por la derecha dominicana y Los Estados Unidos. Recordemos que República Dominicana es vecina de Cuba y Fidel acababa de instalarse en el poder, y la guerra fría atravesaba por momentos muy ácidos. Después de muchos acontecimientos importantes en 1965 estalla una revolución constitucionalista que pretendía reinstalar en el poder a Juan Bosch; entonces se produce la invasión de Estados Unidos en abril de 1965, para detener el posible avance de los revolucionarios, que también eran, mayoritariamente, gente con ideas marxistas. Con el país aún intervenido se celebran elecciones en 1966 y las gana Balaguer, con el apoyo de los invasores y de las fuerzas armadas dominicanas. Se instala en el poder y es el hombre fuerte de los norteamericanos. Durante su régimen de 12 años hubo una sistemática persecución política de sus adversarios, principalmente de aquellos que militaban en los partidos de izquierda, e incluso en contra de miembros del Partido Revolucionario Dominicano, que en aquella época era una agrupación compuesta por una amplia gama de ciudadanos que luchaban a favor de la democracia. En durante ese período hubo muchos muertos, exiliados, y encarcelados. Hubo grupos paramilitares que aterrorizaban a los opositores al gobierno; la corrupción en la administración pública se estableció como una escuela; el clientelismo y el asistencialismo como formas de ejercer el poder y la política. Pero durante sus primeros doce años de administración el país tuvo un notable desarrollo a nivel de infraestructura y surgió una clase media que medraba y crecía alrededor de las empresas públicas, que en el pasado habían pertenecido al dictador Trujillo; este segmento de la población también empezó a beneficiarse del desarrollo industrial impulsado por el gobierno mediante la creación de leyes que preveían incentivos a los industriales. En aquella época Balaguer dijo que su gobierno había creado trescientos nuevos millonarios al amparo del régimen. Sin embargo, Balaguer no invirtió en educación al mismo nivel que lo hizo en infraestructura y tras su salida del poder en 1978 los niveles de analfabetismo en el país eran altísimos y la moral una ruina. Después de ocho años de gobierno del Partido Revolucionario Dominicano, gestiones mediocres y malas, y tras las severas luchas internas dentro de esa agrupación política, ciego y anciano Balaguer regresa al poder en 1986. Permanece en él hasta 1996, en donde una reforma constitucional le obliga a aceptar el acortamiento de su mandato, después de que se demostrara la comisión de un fraude en contra de su más encarnizado rival, José Francisco Peña Gómez. Cuando se daba por un hecho que Peña Gómez esta vez sí lograría sus propósitos, Balaguer pudo maniobrar e impedir que accediera al poder. Su influencia, el poder económico del estado y otros tantos recursos fueron puestos a disposición del entonces aspirante del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández, quien terminó siendo elegido en una segunda vuelta electoral, creada precisamente para evitar que José Francisco Peña Gómez alcanzara la presidencia de la República. En el año 2000 Balaguer rompe el récord mundial al presentarse como candidato con 94 años, totalmente ciego y prácticamente paralítico. En el año 2002, casi muerto, con un pie en la tierra y otro en el umbral del despacho de San Pedro, casi con los cirios encendidos, fue una figura clave para que el grupo de Hipólito Mejía, entonces presidente de la República, lograra modificar la constitución para reintroducir la reelección en la constitución, que había sido prohibida en una reforma hecha a la carrera para salir de la crisis que produjo el demostrado fraude electoral perpetrado en contra del PRD y su candidato. Este primero de septiembre se celebraron cien años de haber nacido en Navarrete, municipio de la provincia de Santiago de los Caballeros. Y hubo de todo para conmemorar tan magna efemérides. A cien años de haber nacido la figura de Balaguer sigue gravitando en la vida política dominicana; sigue siendo un activo del cual muchos aún viven y su legado un botín que mantiene a muchos enfrentados. También sigue siendo motivo de apasionadas discusiones, con ardientes loas y duras descalificaciones. A estas alturas, lo que nadie discute es su estatura política, su sagacidad, su apego al poder, su frugalidad, su permisividad ante los desafueros de sus colaboradores y su falta de visión de futuro. Otros destacan su nacionalismo, y su amor por el medio ambiente. Los balagueristas pueden jactarse de muchas cosas; sus adversarios de acusarlo de todos los males habidos y por haber. Pero lo cierto es que Balaguer supo arreglárselas para derrotar uno a uno a sus contrincantes. José Francisco Peña Gómez, a quien le impidiera llegar a la presidencia de la República usando incluso el racismo como recurso, terminó admirándolo y reconociendo sus supuestos aportes a la democracia dominicana. Juan Bosch, que lo satanizó a lo largo de su vida, y a quien acusó de un fraude en su contra en 1990, terminó abrazado a él en medio de un acuerdo político que en el 1996 sacudió los cimientos de la sociedad. A favor de Bosch hay que decir que, cuando se produjo aquel acontecimiento, ya sus facultades mentales estaban muy reducidas. Muchos de los que vivían acabándolo por su impenitente intención de reelegirse terminaron apoyando un fallido proyecto reeleccionista encabezado por Hipólito Mejía, y otros tantos hacen lo mismo con Leonel Fernández. Muchos de los afamados revolucionarios que lo enfrentaron en los sesenta y los setenta terminaron siendo funcionarios públicos en sus gobiernos y rendidos ante su poderoso encanto. El presidente Leonel Fernández, quien en varias ocasiones vertiera duras opiniones en su contra, se ha declarado balaguerista y gran admirador suyo. El Congreso Nacional lo ha designado paladín de la democracia y varias importantes obras viales y de infraestructura llevan su nombre. Casi la totalidad de los políticos dominicanos desfilaron en romería por su residencia, en busca de su apoyo, en distintas circunstancias. Casi todos los políticos imitan sus formas de gobernar y copian su pragmatismo, y otros han llegado tan lejos que hasta imitan su voz y sus ademanes. Ahora solo falta que la iglesia proponga su beatificación con miras a convertirlo en santo.
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Orlando Una De las Victimas De La Dictadura
La Inocencia y Orlando Martínez.
 | Orlando Martínez, brutalmente asesinado el 17 de marzo de 1975, durante el período de los 12 años de Balaguer, aún sigue siendo inspiración para aquellos que quieren hacer un periodismo apegado a la verdad. | | Por Dra. Esther Medina / elMasacre.com 08:19 am 18/03/06
La niñez es la mejor época en la vida de un ser humano, ya que durante esa divina época la vida es color rosa y las peripercias de nuestra niñez siempre la recordamos de manera mística y con nostalgia. Nuestra niñez se desarrolló en Dajabón siguiendo la rutina de la mayoría de los niños que crecimos en la época de los anos ’70 y desarrollado en el contorno de lo que conformaba en aquel tiempo la ciudad. La asistencia diaria al colegio, compartir con las amiguitas, asistir a las veladas también a los matineés en el cine Soraya, el catecismo, las girls scout y los domingos la visita a la iglesia también algunos domingos el disfrute de los conciertos que se ofrecían la banda de música municipal en el parque Duarte. En el marco de ese vaivén desarrollamos los primeros años de nuestra existencia, empezamos a descubrir libros de novelas, poesías, revistas y la diaria lectura del Listin Diario el cual mi padre traía a la casa con el propósito de que desarrollamos la habilidad de hablar y escribir correctamente. En ese afán de escudriñar y leer cosas nuevas, mantenernos a la sazón de los acontecimientos ocurridos en el país y en el exterior, fue cuando descubrimos que existía un mundo del cual conocíamos muy poco o casi nada. En la lectura de esos periódicos y revistas recuerdo como un hecho histórico marcó mi existencia y me llevó a la cruda realidad de que todos los humanos no éramos buenos como yo creía, me refiero al brutal asesinato del periodista Orlando Martínez Howely. Recuerdo el horror que sentí cuando leí lo que el gobierno de Joaquín Balaguer permitía publicar en aquellos tiempos sobre actos cometidos por su administración. La foto del cuerpo acribillado de este noble profesional cuyo único pecado fue criticar la gestión gubernamental Balaguerista, todavía vive en los archivos de mi mente. La edición del Listin Diario fechada Marzo 18 de 1975, la mantuve conmigo por muchos años ya que ésta era una prueba fehaciente sobre la maldad humana y las miles de preguntas que me hacía a mí misma y a los míos de por qué un hombre como Balaguer (presidente de la república) fuese capaz de ordenar la muerte de un ser humano tan extraordinario como Orlando Martínez. Estas interrogantes me llevaron a indagar sobre el gobierno de Balaguer, la banda colorá y los motivos del asesinato de Orlando Martínez. A mis nueve años de edad tenía que conciliar mi pequeña conciencia que me exigía poner todas las piezas del rompe cabezas a fin de entender lo complicado de dicha situación. Empezamos leyendo ediciones de la revista Ahora!, también leyendo artículos de la revista Cachafú y del periódico El Caribe, los cuales mostraban versiones totalmente diferentes a las publicadas en el Listín Diario, en esas lecturas nos enteramos de la podredumbre que regía nuestra nación y sobre el terror y los miles de asesinatos cometidos por agentes de la Banda Colorá y la G2. Descubrimos información sobre las múltiples desapariciones orquestadas por este gobierno, las que estaban a la orden del día; y la inseguridad de que la juventud tuviese derecho a pensar o a exponer sus ideales. Los cobardes sanguinarios de los doce años de Balaguer fueron capaces de eliminar físicamente a Orlando Martínez, pero sus ideales y todas esas ideas que el plasmaba en su columna Microscopio fueron creciendo en las conciencias de las generaciones jóvenes que mirábamos a Orlando como lo que realmente es un líder, quien con su inconfundible pluma supo exponer a Balaguer, su personalidad y sus temores al igual que al poder de los cuerpos uniformados. Según versiones, Balaguer llegó a expresar la inestabilidad que provocaba en él la columna de Orlando, manifestando que él no lo dejaba gobernar tranquilo. Un héroe dominicano que aun a 31 años de su muerte, su memoria y sus ideales continúan vivos y será la inspiración de generaciones futuras. A través de los años fuimos testigos de la manera impune en que se manejó este caso y de las continuas evasivas de Joaquín Balaguer y su gobierno sobre exponer a los autores materiales e intelectuales de la muerte de Orlando y más aún de la forma irresponsable e inhumana en que el ex presidente Balaguer dejó la pagina en blanco en su famoso libro “Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo” con tal de que uno de sus secuaces tuviese la tarea de llenar esa pagina. La justicia sobre este caso llegó tarde pero supuestamente segura y los autores materiales fueron puestos tras las rejas. Ojalá y que la sangre derramada por Orlando Martínez continúe siendo la inspiración para aquellos profesionales que como él siempre fue honesto con su pueblo y por ende con sus ideales por un país mejor, donde las cimientes del periodismo sean la verdad y la honestidad.
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Balaguer Frio y Calculador
Técnicas de Balaguer para triunfar en la Era de Trujillo V | Quinto Paso: Escribió un libro conflictivo para llamar a la atención. | Por: Belarminio Ramirez Morillo
| | Balaguer conocía a Trujillo. Estaba seguro de que la mejor forma de ascender en su régimen era siendo eficiente, y al mismo tiempo dando muestra de agradecimiento y amistad. Era una época en que para crecer políticamente había que seguir el consejo de René Descartes: Pienso, luego existo. En realidad, Balaguer sentía agradecimiento por Trujillo, y trató de compensar esa gratitud publicando un libro que vendiera una imagen positiva del régimen en el exterior. En comunicación enviada a Trujillo desde París, en marzo de 1932, le informó del proyecto investigativo que desarrollaba. Conocedor de las ciencias políticas al fin, visualizaba que el perfil aristocrático del régimen iba a suscitar problemas en el exterior. Y es que, como dijo Henry Kissinger, los intelectuales analizan las operaciones de los sistemas internacionales; los estadistas los construyen. Y hay una gran diferencia entre la perspectiva de una analista y la de un estadista. El analista puede elegir el problema que desee estudiar, mientras que al estadista los problemas se le imponen. De los colaboradores e intelectuales de Trujillo, sólo Balaguer un simple empleado de una embajada en el exterior, dio la impresión de que tenía una visión certera sobre el futuro político del régimen. Ni siquiera el propio Trujillo pensaba en lo importante que era mantener una buena imagen en el plano internacional. Pero, esa visión de futuro significó un serio problema para Balaguer. Fue la causante del primer conflicto en que se vio envuelto desde que Trujillo asumió la presidencia. Como consecuencia de ese libro perdió su empleo y vivió los momentos de mayor angustia e incertidumbre de su vida. La idea de publicar el libro fue recibida con beneplácito por Trujillo. Así se lo hizo saber a Balaguer mediante comunicación de fecha 4 de mayo de 1933, donde a la vez autorizó el envío de 300 dólares solicitados por el autor, para ser utilizados en la impresión del mismo. Balaguer siguió incrementando sus espacios en la mente y el corazón de Trujillo. Una muestra lo constituye el hecho de que los primeros acuse de recibo eran firmados por el Subsecretario de la Presidencia, pero éste fue calzado con la firma del Secretario de Estado de la Presidencia, Don Jacinto B. Peynado. Es posible que en ese mismo instante empezaran los celos de altos funcionarios del régimen, quienes más tarde intentaron descalificar el libro con el propósito de detener el crecimiento del autor de Claros de Luna. El 22 de febrero de 1934, diez meses después de Balaguer recibir la aprobación para imprimir el libro, todavía no había recibido los 300 dólares de que hacía mención en la comunicación, lo que le condujo a dirigirse de nuevo al Jefe informándole que no había recibido dichos recursos. Trujillo le contestó el 26 de marzo por intermedio del Secretario de Estado de la Presidencia, le envió un cheque por el monto de 300 dólares, le manifestó su interés de que publicara la obra, y el tercer párrafo de esta carta contiene un juicio de valor interesante que no constaba en ninguna de las cartas anteriores: El Honorable Presidente tiene de Usted un concepto justo y elevado y siempre le cree el amigo sincero, leal y entusiasta, y así me encarga manifestárselo. Ese concepto que tenía Trujillo de Balaguer cambió meses después, aunque por pocos días. A principios del mes de agosto del mismo año, Balaguer recibió los primeros ejemplares de su libro: Trujillo y su obra. Esa fue su primera obra de contenido político. El medio en que desarrolló la investigación, los conocimientos adquiridos en los estudios de política, economía y derecho público, y el estilo claro empleado por el escritor, dieron por resultado un producto de alta calidad. El autor estaba regocijado, no tanto por el libro en sí, sino por el afecto y la consideración de que gozaba de parte de Su Excelencia. El 3 de agosto de 1934, escribió a Trujillo, y le envió dos ejemplares del libro que acababa de salir a la luz pública. El día 23 del mismo mes y del mismo año, recibió contesta en una carta que su segundo párrafo dice: También me encarga el Jefe darle sinceras gracias por el envío de la bien escrita obra mencionada. Los bonos de Balaguer estaban altos ante los ojos de Trujillo. En pocos días la situación cambió, debido a que las personas de mayor prestigio en el mundo político y social dominicano, se encargaron de desvirtuar el libro, quizás con el único objetivo de indisponer a su autor con el tirano y cerrarle el paso a éste emergente político e intelectual de estilo inigualable. La alegría que embargaba a Balaguer, la misma que embarga a todo escritor cuando produce una obra, duró poco. Con fecha 7 de agosto de 1934, aunque llegó a sus manos a mediados de septiembre, Balaguer recibió una comunicación decepcionante calzada con la firma del Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Don Arturo Logroño, donde se dejó entrever la indignación y envidia que envolvía al suscribiente: Sin ninguna tuya por delante, te escribo las letras presentes para enviarte mi afecto y mis saludos más cordiales. He leído el libro, muy interesante por cierto, que acabas de publicar Trujillo y su obra, y la lectura de las noventa y tantas páginas cuya paternidad te corresponden, me ha sido singularmente grata. Pero somos amigos, socio, y no puedo dejar de darte una impresión franca: a los amigos del Jefe nos ha sorprendido mucho el elogio desmesurado que haces de Estrella Ureña, y esperábamos que en ningún capítulo posterior harías notar la enorme deslealtad y la ingratitud traidora de dicho Clown político, en contraposición de los servicios eminentes que le prestó el Jefe, salvándole la vida. Con gran sorpresa, continua diciendo don Arturo Logroño: nuestra anatema contra el malo no aparece en tu libro, mientras quedan en pié en él los conceptos en que pintas a Estrella Ureña como un semidiós de la política y de la oratoria. Tú que eres del oficio como yo, sabe que la oratoria de este tribuno es una charla barata y con ventanas abiertas al rabopuerquismo. Perdona que haya sido sincero diciéndote la impresión real que nos ha producido el libro, impresión a la cual es extraño en absoluto el Jefe. El canciller de la República acompañó los reproches por el contenido del libro con el acto descortés de sacarle en cara un favor personal: Deseo que tú mamá haya llegado bien y que de algún beneficio le haya servido la cooperación administrativa que presté con mucho gusto para su viaje, mientras tanto, recibe el abrazo de invariable amigo. El joven de Navarrete, aunque no se asustó, tampoco minimizó la situación embarazosa en que estaba envuelto. Estaba consciente de que tal como señala Noel Clarasó: Uno de los grandes secretos del trato con los hombres consiste, para los inteligentes, en fingir menos inteligencia de la que tienen, y para los tontos, en fingir más. Si el concepto de Arturo Logroño sobre la obra era el de los demás integrantes de la elite política e intelectual trujillista, entonces, cabría suponerse que la carrera de Balaguer había terminado. Balaguer, como era de esperarse, contestó de inmediato a Logroño. Actuó movido con la firmeza del conocimiento que sintetizara Francis Bacón en su célebre frase de que: Un hombre no es sino lo que sabe. Le envió una carta al Canciller de la República que por su contenido merece el calificativo de antológica. Le señaló que en ningún momento se arrepentía del contenido de su libro, por el contrario, lo justificaba y lo defendía con argumentos intelectuales. Esa carta deja entrever la madurez, frialdad, objetividad, sinceridad y humildad de Joaquín Balaguer. Ese libro creó un torbellino que no sólo envolvió a su autor, sino también a su prologuista. El prólogo de la obra fue escrito de forma compartida entre Don Pedro de Réspide, prestigioso cronista español, y el laureado poeta dominicano, Don Osvaldo Bazil, quién consideró que el modernismo se personificó en Rubén Darío. En ese entonces, el poeta Bazil ocupaba las el cargo de Embajador de la República Dominicana en España y era el jefe inmediato de Balaguer, pero quien a su vez, era subalterno de Arturo Logroño. Don Osvaldo Bazil al enterarse del escándalo generado por el libro, de inmediato se disculpó por haber escrito el prólogo del mismo. Estaba consciente de que de no hacerlo, corría el riesgo de ser suspendido de sus funciones. El 30 de agosto de 1934, Balaguer recibió un cablegrama enviado por el canciller de la República al autor del libro que decía: Suspendida circulación libro y remita aquí edición completa. Bazil de inmediato escribió a Logroño una carta que en su segundo párrafo decía: Balaguer es un tipo raro, no pude conseguir que me mostrara ningún capítulo de su obra antes de imprimir. Desde París me escribía pidiéndome un prólogo y se lo mandé a París sin conocer el libro. Después de editarlo me sorprendió que había oceánicos ditirambos para Estrella Ureña, cuando él, por carta me afirmaba que todo el libro estaba consagrado al Presidente Trujillo y a su obra de gobierno. Le endilga al mamarracho de Estrella Ureña un valor para la temeridad. ¿Donde lo ha probado? Ni personal ni colectivamente ha dado muestra de ese inmenso valor. Continua exponiendo Bazil: Tampoco él es el tribuno que él pinta. Estrella Ureña solo tiene un discurso y una sola imagen en su oratoria. El carece de imaginación, por eso es un orador de un sólo disco y por eso es un político fracasado. Si yo hubiera visto el libro antes de imprimir le hubiera hecho quitar ese capítulo no le hubiera escrito el prólogo. Pero no hubo forma de que me enseñara los originales. También le hubiera hecho quitar otros detalles que no tenia porque traer para su libro como las campañas de Puerto Rico, que la mayoría en extranjero ignora y no había porque enterar de ellos a los lectores extranjeros. Esos argumentos de Bazil, tratando de salvar el pellejo, diciendo que escribió el prólogo sin leer el libro, eran inciertos. Con razón dijo Max Weber que no se puede ser al mismo tiempo hombre de acción y hombre de estado sin atentar contra la dignidad de una u otra profesión, sin faltar a la vocación de ambas. Balaguer había quedado solo y desamparado. Como escribió Ovidio, mientras sea feliz, contarás con numerosos amigos; si el tiempo se nublara, te hallarás solo. Como es normal que suceda en este tipo de trance, sus amigos les sacaron el cuerpo, a fin de evitar caer en desgracia con el régimen. Ni Bazil, ni Logroño tratarían de ayudar a Balaguer después que éste joven demostró poseer tantos conocimientos, y sobre todo, tantas agallas para defender sus ideas. Porque como escribió Francisco Izquierdo Navarro, existe una ley de la jungla política que dice que nadie ayuda a ascender a quien aparenta ser más que uno. Con ese debate, Balaguer logró llamar a la atención sobre su persona y consolidó su prestigio intelectual. Provocó el escándalo, y logró un brillo intelectual que le colocó por encima de quienes le rodeaban. Fue difamado y agredido por el contenido del libro, pero en el porvenir jamás fue ignorado. La mirada de la intelectualidad del régimen quedó fijada sobre él. El conflicto logró que fijaran la atención sobre su persona, y sus pasos posteriores estuvieron orientados a que esa atención no fuera desviada. Robert Greene dice que: Brillar con más esplendor que quienes lo rodean es una habilidad con la que nadie ha nacido. Usted tiene que aprender a atraer la atención con la misma fuerza con que un imán atrae al hierro. Al principio de su carrera, deberá ligar su nombre a la reputación de poseer una cualidad o una imagen que lo diferencie de los demás. Esa imagen puede ser una forma característica de vestir, o una gracia personal que divierta a la gente y dé que hablar. Una vez establecida su imagen, usted poseerá una apariencia, un lugar en el cielo para su estrella. Balaguer procedió a recoger el libro, y el 2 de septiembre de 1934 contestó el cablegrama al Canciller, mediante una pequeña carta de dos reducidos párrafos, donde les dijo que el 20 de octubre enviar ía el libro por barco en una caja de madera, y que, en la medida de lo posible procedía a recoger la parte que ya había circulado. Era difícil recogerlo todo, ya que el libro había sido despachado a Bibliotecas de varios países de Europa y América. El 19 de septiembre de 1934, Balaguer fue cancelado como Primer Secretario de la Embajada de República Dominicana en Madrid. ¿Qué extraño es, que un joven, simplemente un empleado de una Embajada se vea envuelto en un conflicto de esta magnitud, sólo por pretender crecer intelectualmente y proyectar una buena imagen del régimen del que se siente tan agradecido en el exterior? ¿Qué dolor embargaría a Balaguer, al recibir su cancelación en un momento en que su madre estaba enferma, recién operada e internada en un centro médico de Madrid? Para sus adversarios Balaguer había llegado a su final, habían quitado esa pequeña piedra del camino, pero no fue así. Como dice Leonardo de León Miranda: Aquel que no haya llegado a un punto muerto en su carrera, que no haya llegado a lo más bajo y tocado el fondo, no podrá afianzar sus fuerzas y ramificar sus conocimientos y nunca será el más grande. El 20 de septiembre Balaguer acusó recibo del cablegrama de su cancelación, y en el segundo párrafo de su carta a Bazil le dijo: Le ruego que se me digne solicitar el dinero correspondiente a mi repatriación y le manifiesto que a causa del estado de salud de mi madre, quien fue operada hace apenas quince días por el Dr. Dossot, de París, me encuentro imposibilitado para tomar el vapor que sale de Cádiz el 24 del cursante. Esta cancelación, más que un castigo por haber elogiado a Estrella Ureña, era una trama de intelectuales del régimen que veían en el joven Balaguer, a un rival peligroso, y por tanto, entendían que el momento era oportuno para salir de él. Esta reacción es normal en política, debido a que como escribió José Ortega y Gasset: Si usted no es como todo el mundo, si no piensa como todo el mundo, corre usted el riesgo de ser eliminado. |
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Tratan Reinvindicar a Un Asesino
Reformistas y perredeístas Buscan ‘canonizar’ a Balaguer Por Franklin Gutiérrez Reza un dicho popular que “el hombre nace bueno, pero la política, la ambición y el deseo de poder lo dañan”. En República Dominicana, más que una sentencia, ese decir es una verdad infalible, sobre todo porque la mayoría de los políticos criollos, especialmente los congresistas, funcionan como marionetas motorizadas o como veletas cuya orientación la determina la magnitud de su ambición política y su deseo de ascenso económico. De continuar las cosas como hasta ahora se perfilan tendremos que ingerir una buena dosis de Propranolol para evitar que las decisiones de nuestros diputados y senadores no nos produzcan un paro cardíaco fulminante. Es comprensible que los reformistas, interesados en escribir una especie de “Memoria del silencio” para ocultar y, eventualmente, borrar las zonas oscuras del licenciado Joaquín Balaguer prediquen, apoyen, defiendan y gestionen el endiosamiento de su extinto líder. Esa conducta, sin embargo, en vez de censurable, podría entenderse como una muestra de gratitud loable hacia quien abrió las puertas del enriquecimiento material a muchos de sus adeptos. Por eso a nadie debe sorprenderle la reacción y oposición radical de los balagueristas a la exhibición del vídeo de René Fortunato, “La violencia del poder”, que desnuda muchas de las crueldades del gobierno reformista de los doce años. Ni tampoco su petición a las autoridades dominicanas para que el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez sea expulsado de la República Dominicana, donde reside, por haber criticado al difunto Balaguer. Esas barrabasadas se les pueden perdonar a los fanáticos de Balaguer porque la mayoría de ellos colocan la pasión por encima de la razón, pero lo que revienta la paciencia de cualquiera y al mismo tiempo mueve a reflexión es que dos de los tres poderes del Estado dominicano (legislativo y ejecutivo) se hayan unido al partido en el poder para fomentar la “canonización” de Balaguer. LOS HECHOS Los últimos hechos ocurridos en el país en esa tónica confirman que tanto el Congreso como el Partido Revolucionario Dominicano están profundamente afectados por el virus de la balaguerización. Primero fue el presidente Hipólito Mejía, quien a mediados del 2002 sometió al Congreso, logrando su aprobación inmediata, de un proyecto de ley solicitando el nombre de Presidente Joaquín Balaguer para el tramo de carretera comprendido entre Santiago de los Caballeros y Navarrete. Otro caso es el del aeropuerto recién construido en El Higüero, Villa Mella, el cual ya fue bautizado como “Aeropuerto Internacional La Isabela”, pero los legisladores reformistas, apoyados por los perredeístas, depositaron un proyecto de ley donde piden que a dicha terminal aérea se le ponga el nombre de Balaguer. Ahora, para terminar de rebosar la copa, la Cámara de Diputados acaba de aprobar, en primera lectura, el nombre de Presidente Joaquín Balaguer para el Parque Mirador del Sur de Santo Domingo. Uno de los argumentos expuesto por los solicitantes es que durante los últimos años de su vida dicho parque fue usado por Balaguer para sus caminatas. Es como si alguien reclamara que a la calle donde reside se le ponga su nombre por el simple hecho de caminar por ella diariamente. Pero lo más deprimente e irónico es que en uno de los extremos del parque se colocará una estatua del homenajeado, acompañada de una inscripción que rezará: “Presidente Joaquín Balaguer, Padre de la Democracia Dominicana”. Por lo visto, lo del nuevo nombre para el Parque Mirador del Sur es un hecho, pues sólo falta la promulgación de la ley, lo cual es inminente dado que el proyecto fue sometido por el Poder Ejecutivo. Es casi seguro que esta nueva acción del Congreso producirá, en un gran sector del pueblo dominicano, el mismo malestar que han generado la estatua del Presidente Hipólito Mejía haciendo el papel de Belerofonte sobre Pegaso y el monumento inaugurado hace apenas un mes en Maimón para honrar la memoria de los militares que acribillaron a los expedicionarios antitrujillistas que desembarcaron por el poblado de Constanza y las playas de Maimón y Estero Hondo, en junio de 1959, con el propósito de derrocar al dictador Rafael Leonidas Trujillo. Ambas obras fueron patrocinadas por las Fuerzas Armadas Dominicanas. UN BOCHORNO Las marcas de las atrocidades del gobierno de Balaguer todavía están muy frescas en la memoria de muchos dominicanos. Si los gestores de esta idea, encabezados por el legislador reformista por la provincia Bahoruco, Luis José González Sánchez, dedicaran unos minutos a la lectura de las obras “Las viudas de los doce años”, de la periodista Ruth Herrera, y “Los muertos de Balaguer”, del también periodista Victoriano Félix, posiblemente se convenzan de la insensatez de su plan y entiendan las razones del pueblo dominicano para rechazar semejante proyecto. Colocar una estatua de Balaguer en el Parque Mirador del Sur con una inscripción que lo patentice como “Padre de la Democracia Dominicana” es un bochorno, una provocación y un atentado contra la tranquilidad de quienes fueron directa o indirectamente afectados por las persecuciones y los crímenes de dicho régimen. La sociedad dominicana le agradecería más al gobierno de turno y al Congreso Nacional que aúnen esfuerzo para develar el misterio detrás del cual se esconden los responsables de la desaparición de Orlando Martínez, Narciso González y otro centenar de jóvenes dominicanos asesinados y desaparecidos durante la gestión de un gobernante a quien hoy la insensibilidad de unos cuantos oportunistas quieren elevar a la categoría de padre de la patria. Es evidente que los propulsores de la canonización laica de Balaguer no lo hacen partiendo de los méritos intelectuales ni del aporte de su líder a la cultura dominicana, aspectos tomados en consideración por el Ayuntamiento del Distrito Nacional para colocar a una calle, parque o institución pública el nombre de alguien. Todo obedece a la actitud mezquina de congraciarse políticamente con el Partido Reformista, pues éste continúa siendo una opción política con fuerza suficiente para inclinar la balanza de la victoria en las elecciones del 2004. Si los legisladores dominicanos quieren reconocer el aporte de nuestros compatriotas más sobresalientes a la cultura nacional. ¿Por qué no someten al Congreso un proyecto de ley proponiendo a Pedro Mir, Manuel del Cabral, Manuel Rueda, Julio Jaime Julia, Virgilio Díaz Grullón, Aída Cartagena Portalatín y otros tantos valiosos escritores e intelectuales nacionales que con su pluma, pensamiento e intelecto han diseñado la verdadera historia cultural dominicana, para que calles, parques e instituciones nacionales lleven sus nombres? |  | Otros artículos Todos contra Hipólito, Hipólito contra todos Miguel Solano Precandidato presidencial del PLD Reformistas y perredeístas Buscan ‘canonizar’ a Balaguer | |
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Partida Del Dictador
Listin Diario (Santo Domingo) Julio 15, 2002 La ida de Balaguer inicia una controversia histórica EL LIDERATO POLíTICO, ECONóMICO, ECLESIáSTICO Y COMUNITARIO le RINDIO un TRIBUTO DE ADMIRACIÓN RAMóN JEREZ SANTO DOMINGO.- Joaquín Balaguer, mimado por su entorno familiar durante su niñez en el poblado de Navarrete murió ayer, 48 días antes de cumplir 97 años de edad, convertido en el más grande político dominicano de todos los tiempos, aclamado por propios y elogiado por adversarios. Entre aquel nacimiento y este final, se escribe uno de los capítulos más brillantes de la política contemporánea, con múltiples matices. El deceso del líder del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), ocurrido a las 4:30 de la mañana de ayer a causa de un paro cardíaco, ha provocado una profunda consternación en la vida nacional, y generado las más elevadas manifestaciones de pesar y dolor por el infausto hecho. Balaguer fue ingresado a la clínica Abréu el jueves 4, por una úlcera sangrante, y allí permaneció interno durante diez días, sufriendo eventos críticos que lo mantuvieron en estado de gravedad. El Gobierno decretó tres días oficiales de duelo, y se prepara para participar en las honras fúnebres, programadas para el próximo miércoles, en las primeras horas de la mañana. El velatorio Los restos del ex presidente de la República, quien juró en siete ocasiones distintas, entre 1960 y 1994, están expuestos en la sala de la residencia familiar, la número 25 de la avenida Máximo Gómez, convertida en el centro del poder político, y a la que acudió el liderato de la nación en busca de apoyo y orientaciones. Miles de ciudadanos, encabezados por el presidente Hipólito Mejía, el ex presidente Leonel Fernández y los más altos dirigentes políticos, empresariales, industriales, comunitarios y populares, desfilaron frente a los restos del ex gobernante. Allí manifestaron los más diversos elogios por sus portes al país, reconociendo las posiciones equilibradas y responsables que sostuvo para la instauración y crecimiento de la democracia dominicana, y el trato ‘‘fino y delicado’’ que profesó a muchos de sus compañeros de organización política y a los adversarios con los que compartió en jornadas y coyunturas variadas. Balaguer, reinvindicado por opositores políticos, con pactos electorales abiertos y públicos con los partidos de la Liberación Dominicana (PLD), en 1996, y el Revolucionario Dominicano (PRD), en el 2002 (el acuerdo del desacuerdo), recibió la distinción del Congreso Nacional, que lo nombró Paladín de la Democracia Dominicana. Ese poder del Estado, actuando en función de Asamblea Nacional Revisora, repuso la reelección presidencial horas antes de su muerte. Este último acto ha sido definido como un desagravio público al ex mandatario, que se sucedió en el poder en cuatro ocasiones (1970, 1974, 1990 y 1994), desafiando siempre un altinosante discurso del hoy gobernante partido blanco, que impulsó la actual reforma. El estadista, reservado en su vida privada, estuvo vinculado -directa o indirectamente- a los sucesos que marcaron la historia contemporánea del país. Desde ser incrédulo testigo, en julio de 1916, del paso por Navarrete, hacia Santo Domingo, de las tropas interventoras de Estados Unidos que desembarcaron por Monte Cristi, hasta participar en la concertación del propósito de reforma de la Constitución de la República, hace apenas dos semanas. Balaguer, amante siempre de los caballos, cabalgó en terrenos llanos y escabrozos en sus más de 80 años de carrera pública, perdiéndose en el infinito de un destierro forzado en 1962 -seguido de la expulsión de los trujillistas ocurrida en noviembre de 1961- hasta un exitoso retorno en 1965 que lo llevó al poder el 3 de agosto del año siguiente, tras derrotar a Juan Bosch y al PRD en los comicios del primero de julio de 1966. Con mano dura ejerció el poder durante doce años consecutivos. Una violenta y crítica oposición lo enfrentó palmo a palmo, en ese trayecto, hasta derrotarlo el 16 de mayo de 1978 con una boleta concertada, que lideró Antonio Guzmán bajo la bandera del PRD, ondeada por José Francisco Peña Gómez. Tratado, otra vez, como un despojo político -igual que en 1962- Balaguer prácticamente se refugió en su residencia, para luego volver a la Presidencia de la República, en 1986, superando por estrecho margen a Jacobo Majluta y al partido del ‘‘jacho prendío’’. Alegan fraude Dos triunfos electorales sucesivos, cuestionados por el PLD, en 1990, y el PRD, en 1994, lo mantuvieron en la ‘‘silla de alfileres’’ de la calle Moisés García, pero no sin antes aprobar, por la fuerte presión nacional e internacional, que se le recortaran dos años a su último mandato, como parte de una iniciativa que incluyó entonces la prohibición de la reelección presidencial y el uso de los colegios electorales cerrados para evitar ‘‘nuevos fraudes’’. El hoy fenecido gobernante se confiesa en su libro ‘‘Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo’’, en el que incluye la controversial página en blanco cuando se refiere al asesinato del periodista Orlando Martínez, en su gobierno de ‘‘los doce años’’. En el epílogo de esta obra destaca que ‘‘al cerrar estas páginas, en las cuales he hecho una reseña sucinta de mi modesta carrera pública, no puedo menos que recordar las siguientes palabras puestas por Stendhal en boca de uno de sus personajes de la mejor, acaso, de sus novelas:...‘‘Es penoso que no haya yo conocido el arte de gozar de la vida sino ahora, cuando su término está tan cerca’’, y agrega: ‘‘sería difícil encontrar a un solo ser humano a quien no le haya asaltado, ya en las proximidades de la muerte, un pensamiento semejante. Nadie ha recibido de Dios el don de dirigir de forma infalible sus pasos sobre la tierra’’.
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Leonel Fernandez Admirador Del Dictador
Elogios a Balaguer, bochorno a nuestros mártires ¿Quien se imaginaría, por allá por los finales de los años sesenta y en especial por los años setenta, que un miembro del PRD y más tarde del Partido de la Liberación Dominicana, olvidándose de La Banda Colorá, se desbocaría cacareando lo “grandioso” y lo “patriótico” que fue el tirano, el fascista, y el sanguinario Balaguer?
¿Quien creería que un presidente salido del PLD, olvidándose del terrorismo de los 12 años, derrocharía sus mejores elogios para el extinto criminal y líder reformista Joaquín Balaguer, definiéndolo como uno de los hombres de la historia dominicana de mayor talento, inteligencia, capacidad de trabajo y con un alto sentido patriótico?
¡Increíble! El presidente Leonel Fernández, ignorando las horrendas muertes de los periodistas Orlando Martínez, Gregorio García Castro y Narciso González, ha dicho públicamente que “admira y respeta al doctor Balaguer” y agregó que lo ve como parte del patrimonio histórico de la República Dominicana.
¿Es que acaso el Presidente ya leyó las páginas “en blanco” donde se explicaría como se tramó el asesinato de Orlando Martínez?
¿Es que el Presidente Leonel Fernández no ha leído “Las viudas de los doce años”, de la periodista Ruth Herrera, y “Los muertos de Balaguer”, del periodista Victoriano Félix?
¿Cree Leonel que es merecedor de esos elogios alguien que declara, abiertamente, que nuestra constitución es un pedazo de papel y en cuyo gobierno el Poder Judicial se convirtió en un mercado de compra y venta de sentencias y miles de jóvenes intelectuales desaparecieron?
¿Es que el Presidente Leonel Fernández se olvido de los cientos de “Nuevos Millonarios” que surgieron durante la época de Balaguer en perjuicio del patrimonio dominicano y del “Fallo Histórico” que despojó al PRD de senadurías?
Creo que el Presidente, con sus elogios, esta justificando el terror, la corrupción, persecución, cárcel y hasta la muerte de dirigentes de izquierda como Amín Abel Hasbún, Orlando Mazara y Maximiliano Gómez.
Con sus comentarios de elogios al sanguinario Balaguer el Presidente, no sólo hizo temblar la tumba de aquellos que fueron asesinados o dieron sus vidas combatiendo el régimen balaguerista, sino que a puesto al descubierto los verdaderos ideales de los que hoy dirigen nuestros destinos.
En nombre de Orlando Martínez, Gregorio García Castro, Narciso González, Caamaño, Heberto Lalane, José, Toribio Peña Jáquez, Mario Galán, Alfredo Pérez Vargas, Ramón Euclides Holguín y Juan Ramón Payero, Amín Abel Hasbún, Orlando Mazara, Maximiliano Gómez, Mamá Tingó y los miles de muertos y desaparecidos durante el balaguerismo rechazo los elogios hecho a tan rapaz y diabolico personaje y los denuncio como bochornosos y como un atentado a los que murieron enfrentando el régimen colorao.
Felipe Lora 3 de Septiembre del 2006
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Biografia Joaquin Balaguer Ricardo
JOAQUIN BALAGUER  Dr. Joaquín Balaguer Vida y Obra Nació el 1ro. de septiembre de 1906, en Villa Navarrete, provincia de Santiago, República Dominicana. Comenzó sus estudios primarios en su aldea natal y los concluyó en Santiago de los Caballeros. En uno de cuyos establecimientos de enseñanza recibió el título de bachiller en ciencias sociales en 1916. Los estudios superiores los hizo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y amplió después esos estudios en la facultad de derecho de la Universidad de París en 1934. De regreso al país en 1935 ocupo la Subsecretaría de Educación Pública y Bellas Artes, y luego la Subsecretaría de Estado de Relaciones Exteriores. En 1940 volvió al servicio diplomático desempeñando el cargo de Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Colombia y Ecuador. En 1948 fue ascendido al rango de embajador ante el gobierno de México, y en 1950 paso a ocupar la Secretaría de Estado de Educación Pública y Bellas Artes. Durante su permanencia en esa secretaria de estado se hicieron reformas importantes, entre ellas la de creación de las escuelas normales, rurales y urbanas para la formación de maestros; la creación de liceos nocturnos para la clase obrera, colaborando además en la ejecución del plan bienal de construcciones para dotar de aulas modernas a la población escolar de todo el país. La letra y la política han sido sus ocupaciones principales. Se inició en la actividad periodística primero como corrector de pruebas y luego como articulista del diario "La Información" de Santiago de los Caballeros (1924-1928). En 1930 fue designado abogado del estado ante el Tribunal de Tierras. Mas tarde, en 1932, fue designado secretario de primera clase en la legación dominicana en Madrid, y dos años después, ocupó el mismo cargo en París. En 1956 es designado secretario de la presidencia y el 16 de mayo de 1957 es electo vicepresidente de la república. Ante la renuncia del presidente Héctor B. Trujillo en 1960, pasa a ocupar el 3 de agosto, la primera magistratura del estado. Después de la muerte del generalísimo Trujillo, el 30 de mayo del 1961, le cupo la misión de encaminar al país hacia su democratización política. En 1962 salió hacia el exilio permaneciendo cuatro años en territorio de los Estados Unidos y en 1966, tras las elecciones generales celebradas bajo la supervigilancia de la Organización de Estados Americanos, resultó electo presidente de la república para el período 1966-1970. Fue reelecto para los períodos 1970-1974 y 1974-1978. En las elecciones de 1986 fue electo nuevamente presidente de la república para los períodos 1986-1990,1990-1994 y 1994-1996. Obras publicadas - Psalmos Paganos (1922)
- Claro De Luna (1922)
- Tebaida Lírica (1924)
- Nociones De Métrica Castellana (1930)
- Heredia. Verbo De La Libertad (1939)
- Azul En Los Charcos (1941)
- La Realidad Dominicana (1941)
- El Tratado Trujillo-Hull Y La Liberación Financiera De La República Dominicana (1941)
- La Política Internacional De Trujillo (1941)
- Guía Emocional De La Ciudad Romántica (1944)
- Letras Dominicanas (1944)
- Heredia. Verbo De La Libertad (1945)
- Palabras Con Acentos Rítmicos (1946)
- Palabras Con Dos Acentos Rítmicos (1946)
- Realidad Dominicana. Semblanza De Un País y Un Régimen (1947)
- Los Próceres Escritores (1947)
- Semblanzas Literarias (1948)
- En Torno De Un Pretendido Vicio Prosódico De Los Poetas Hispanoamericanos (1949)
- Literatura Dominicana (1950)
- El Cristo De La Libertad (1950)
- Federico García Godoy, Antología (1951)
- F. García Godoy (1951)
- El Principio De Alternabilidad En La Historia Dominicana (1952)
- Juan Antonio Alix: Décimas, Prólogo Y Recopilación (1953)
- Consideración acerca de La Producción e Inversión De Nuestros Impuestos (1953)
- Apuntes Para Una Historia Prosódica De La Métrica Castellana (1954)
- Apuntes Para Una Prosódica De La Métrica Castellana (1954)
- El Pensamiento Vivo De Trujillo (1955)
- Historia De La Literatura Dominicana (1956)
- Discursos Panegíricos: Política y Educación Política Internacional (1957)
- Cristóbal Colón: Precursor Literario (1958)
- El Centinela De La Frontera. Vida Y Hazañas De Antonio Duvergé (1962)
- Vida Y Hazañas De Antonio Duvergé (1962)
- El Centinela De La Frontera (1962)
- El Reformismo: Filosofía Política De La Revolución Sin Sangre (1966)
- Misión De Los Intelectuales, Discurso (1967)
- Con Dios, Con La Patria y Con La Libertad Discurso (1971)
- Conjura Develada Discurso (1971)
- Con Dios Con La Patria y Con La Libertad (1971)
- Ante La Tumba De Mi Madre (1972)
- Temas Educativos Y Actividades Diplomáticas (1973)
- La Marcha Hacia El Capitolio (1973)
- Discursos. Temas Históricos Y Literarios (1973)
- Temas Históricos Y Literarios (1973)
- Temas Educativos Y Actividades Diplomáticas (1973)
- Cruces Iluminadas (1974)
- La Palabra Encadenada (1975)
- Martí: Crítica e Interpretación (1975)
- La Cruz de Cristal (1976)
- Discursos Escogidos (1977)
- Discurso en el develamiento de la estatua del poeta Fabio Fiallo (1977)
- Juan Antonio Alix: Crítica e Interpretación (1977)
- Pedestales. Discursos Históricos (1979)
- Huerto Sellado. Versos De Juventud (1980)
- Mensajes al Pueblo Dominicano (1983)
- Entre La Sangre del 30 De Mayo y la del 24 De Abril (1983)
- La Isla Al Revés (1983)
- Galería Heroica (1984)
- Los Carpinteros (1984)
- La Venda Transparente (1987)
- Memorias de un cortesano de la Era De Trujillo (1988)
- Romance Del Caminante Sin Destino, Enrique Blanco (1990)
- Voz Silente (1992)
- De vuelta al Capitolio 1986-1992 (1993)
- Nina Con Sexo (1995)
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